conciencia
MENSAJE DE UNA PLANTA
El profesor Janis Roze, es un prestigioso biólogo y ambientalista, además de un ser de exquisita profundidad interior. Ha trabajado mano a mano con los elementos vivos, plantas, serpientes, pero también con científicos de alto reconocimiento. Visita frecuentemente América del Sur, en particular a Brasil y la Argentina donde es parte de proyectos relacionados con el Desarrollo Armónico tanto material como espiritual.
Residente desde hace muchos años en Nueva York, previamente en los ´60, desplego su tarea en Venezuela, para la universidad explorando selvas y bosques.
Ha realizado películas y escrito libros que seguramente estaremos poniéndolos disponibles en ACC apenas sea posible. También ha dado innumerables conferencias, charlas y talleres a lo largo y ancho del planeta. Be Human y Ríos Genéticos son dos obras de gran importancia.
Tengo la fortuna de haberme encontrado o re-encontrado con Janis en esta vida, allá por 1990, y desde entonces su alma ha iluminado mi consciencia repetidamente. Agradecido por todo esto les hacemos llegar este escrito de Janis para todos.
Gracias,
Razjeed
Una planta que invita a los humanos a compartir la vida en la tierra
Por el Profesor Janis Rozé
Con la nueva era de Acuario, que sigue a la de Piscis, estamos entrando en una nueva y abierta metáfora en la que guerra tras guerra, dominación tras dominación, conquista tras conquista, violencia tras violencia, odio tras odio, están siendo gradualmente reemplazados por una nueva metáfora: La emergente Nueva Humanidad y la sanadora Madre Tierra.
En efecto, al abrir los ojos, la mente y el corazón, podemos percibir que más allá de las crisis y calamidades obvias está emergiendo un nuevo ritmo de vida, nuevas oportunidades y energías que nos empujan hacia lo mágico y lo divino. Las sentimos y las queremos. Los extraordinarios cambios en nuestro mundo y el tiempo acelerado apuntan al florecimiento de la nueva conciencia humana. La Humanidad y la Tierra se están transformando, y nosotros, individual, social y humanamente, estamos invitados a acompañarlos. ¿Cómo? Redescubriendo que somos parte y no estamos separados de la naturaleza. Juntos, formamos el círculo de la existencia. Una ilustración de la gran interdependencia en el nivel en que se entrelaza la esencialidad humanidad-naturaleza, y que estamos en un profundo y delicado equilibrio, me fue ofrecida de una manera extraña, por una pequeña planta en Brasil.
Así le habló la planta a un ser humano en Brasil
En 1996, durante uno de nuestros viajes de investigación de Earthwatch estuvimos recolectando y estudiando plantas medicinales en la exuberante Selva Tropical Atlántica, alrededor de Buzios, Brasil. Hicimos viajes diarios de recolección en la selva recogiendo las plantas, a veces con un curandero local que las conocía bien. Un día, después de una larga caminata, tuvimos un éxito particular en la búsqueda de interesantes especies de plantas curativas. De vuelta al laboratorio preparamos cuidadosamente cada espécimen, sabiendo bien que cada uno de ellos tiene sus cualidades especiales para curar, herir o nutrir. Aprendimos que en el bosque no hay ninguna planta o árbol que esté «por que si, solo allí», como frecuentemente pensamos en ellos. Todas tienen un papel en las interacciones ecológicas y en la interdependencia porque ninguna planta está separada.
Después de varias horas de intenso trabajo en el laboratorio, el cansancio liberó mi mente y mis emociones de los ruidos internos de la personalidad, que casi siempre nos acompañan. Manejaba la planta A041, reflexionando tranquilamente sobre sus cualidades, casi como si preguntara por su existencia. En mi silencio interior tomé conciencia de un mensaje que una parte importante de la creación – las plantas – pretendía transmitirnos a nosotros los humanos. Esto es lo que «escuché» de mi planta mágica.
Mucho antes de que ustedes vinieran, nuestro mundo fue diseñado para proveer su llegada. Trabajamos y luchamos para sobrevivir. Al mismo tiempo, reunimos energías y material que ofrecimos al resto de la Ola de Evolución.
Todos crecimos juntos porque éramos Uno. Teníamos un objetivo que nos dio la Madre Tierra. Alcanzamos al Sol, nuestro verdadero dador de vida. Nuestras raíces estaban en la Madre Tierra para extraer el alimento para la vida. No tenemos tiempo como ustedes, pero tenemos ritmos – una especie de baile juntos.
Aprendimos a generar lo que necesitamos, sin saber que ofreceremos todo a la Ola de la Evolución. Esta oferta fue nuestra manera de transformarnos y dar el siguiente paso en la Ola. Produjimos todo lo necesario para mantener la Gran Armonía en el mundo animal, en el mundo humano.
Todo salió bien durante mucho tiempo. Pero entonces llegó la Gran Ruptura. Ustedes los humanos olvidaron gradualmente la Ola de la Evolución. Se fascinaron con lo que podían hacer con las riquezas de la Madre Tierra. Se aislaron e inventaron sus propios y extraños propósitos y definiciones y dejaron de escuchar el pulso de la vida. Se volvieron sordos a la melodía de la Madre Tierra. Se hundieron en un mundo apático donde sólo escucharon el eco de sus propias acciones.
Ahora la Gran Ruptura está causando estragos en nuestro mundo y en el de nuestros hermanos, los animales. Olvidaste que todo en ti es de la tierra, las plantas y los animales. Sí, has olvidado que en la Madre Tierra compartimos el mismo ritmo de vida. Todos somos hermanos y hermanas, incluyendo a ustedes los humanos. Habéis olvidado que el sol brilla sobre todos nosotros por igual y que el Gran Viaje es volver al Creador. La Madre Tierra nos alimentó a todos, nos proveyó y nos envió al viaje del diseño cósmico.
Sufrimos por no poder contarles nuestra ofrenda y que todos viajamos juntos en la Ola de la Evolución. Les ofrecemos alimento, curación, belleza y vida. Sufrimos porque se han aislado y el Regalo de la Planta no es reconocido. Tenemos todo lo que necesitan para restaurar la Gran Armonía, y mucho más. Es así porque compartimos la Única Sabiduría, la de la Madre Tierra, la del Creador. Silencien su ruido. Abran sus corazones. Les ofrecemos todo lo que somos como un regalo de la vida y viajemos juntos en la Ola de la Evolución de nuevo.
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