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‘Formas de Vida después de la Muerte’ de Annie Besant

La Física y la Fisiología estaban destinados a a abrir los ojos a la humanidad

El cuerpo humano sufre desde su nacimiento y en forma constante un proceso de decadencia y reconstrucción. Su primera construcción es etérea, en el seno materno desde donde continúa su formación por medio de la acumulación incesante de nuevos materiales.

En cada momento que transcurre, se desprenden diminutas moléculas, a la par que otras afluyen a él. Las que salen, se esparcen y van a ayudar a reconstruir cuerpos de todas clases en los reinos mineral, vegetal y humano, pues la base física de éstos es la misma para todos.

El proceso biológico concebido como la idea de un tabernáculo humano construido por vidas innumerables, como lo fue la corteza de nuestra tierra es un concepto común para el místico.

La Ciencia enseña que tanto en el organismo vivo como en el muerto, y lo mismo en el del hombre que en el del animal, bulle infinita multitud de bacterias de cien variadas clases, pero no ha llegado todavía a afirmar, como lo hace la Doctrina Oculta, que nuestros cuerpos, lo mismo que el de los animales, las plantas y los minerales, están totalmente construidos por estos seres, los cuales, a excepción de las grandes especies, ningún microscopio puede descubrir.

Un anuncio anticipado de que la Física y la Fisiología estaban destinados a a abrir los ojos a la humanidad a las grandes verdades físicas.

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