‘El sendero del discipulado’ de Annie Besant

El Yo como problema ontológico, como proyección hacia los planos superiores, será resultado de una evolución, que es distinta de la evolución del Yo en el Cosmos. Un largo recorrido donde en ese tránsito evolutivo, el Yo va adquiriendo experiencia y apropiándose de sus instancias inferiores.

El Yo propende a unirse con el eterno y único Yo de quien procede y esto significa el sobrellevar un camino, encontrar el sendero correcto para poder elevar la conciencia hacia ese destino.

La pregunta es, si éste camino sólo es para aquellos hombres iluminados por una gracia especial, o bien, puede ser transitado por el hombre común que desea disponerse a la unión con el Yo Supremo.

Este parte de la idea de que ese sendero está abierto a cualquiera, incluso ese hombre que agitado por sus problemas diarios desea alcanzar una meta elevada. Es un sendero que comienzo en la propia conciencia, en el ámbito de la familia, de las instituciones que lo rodean y elevándose sobre esas realidades puede llegar finalmente a conectarse con la “Patria Sempiterna”.

Ese sendero comienza con la observación del ambiente que nos rodea donde descubrimos la variedad del Universo, cuya perfección radica precisamente esa amplia gama de seres, al modo de un gran sol; así es el Uno. Cuanto mayor será la variedad, más aproximada será la imagen, aunque resulte imperfecta para el hombre común.

• Título: “El sendero del discipulado”
• Autor: Annie Besant
• Páginas: 49