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Piensa bien y acertarás: Los Decretos positivos

No se puede generar pensamientos positivos si primero no pensamos bien de nosotros mismos

La pregunta ante lo que puede parecer un desafío excesivo para un hombre solo “¿Cómo cambiar el Universo?” tiene una respuesta simple.

Todo está en la mente porque todo es pensamiento. De hecho, partiendo del concepto filosófico-teológico de que “Dios es pensamiento de sus pensamientos”, y cada uno es parte de ese Dios por “imagen y semejanza” (Gén 1,26), luego participa de esa capacidad transformadora a través del pensamiento.

Hoy se conoce con certeza que los pensamientos son energía y por la Ley de Atracción, responden al principio que por frecuencia vibratoria atraen a sus iguales. Lo que pensamos, lo atraemos, y de allí que somos lo que pensamos.

Para generar ese cambio interno y proyectarlo es necesario decretarlo a través de la palabra que apoya al pensamiento. Quien desea cambiar su vida y su entorno debe afirmarlo generando lo que se denomina “líneas de poder”, de allí que sea tan importante cuidar todo lo que se piensa y se dice, sobre comprender aquello de que el “Universo no entiende de bromas”.

Hasta hace un tiempo atrás se pensaba que los pensamientos eran abstractos, que la palabra no afectaba nada ni a nadie, por lo que se acostumbraba a bromear respecto a ciertos aspectos de la vida. Pero se conoce que el subconsciente no tiene sentido del humor y que la palabra es ley, es decir, la repetición y emoción con que pensamos y provoca que se manifieste.

Si no tiene humor, el subconsciente tampoco tiene moral ni juicio, y cuando se repite algo negativo a través de la palabra le das más fuerza y manifiesta.

Entonces, para generar decretos positivos que cambien los pensamientos, mejoren la existencia individual y luego comunitaria, el primer paso es armar una visión positiva, expresar lo que se quiera vivir o sentir de modo positivo, expresando a quien está dirigido ese pensamiento, si para la propia persona o para un tercer, pero siempre en forma clara.Tampoco admite equívocos el Universo.

Luego, la aplicación del tiempo, es decir, no se ha pensar y decretar para un mañana indefinido ¡No! Se debe especificar lo que se quiera vivir y cambiar ya, ahora, en este momento.

Los autores que tratan estos temas suelen dar ejemplos de estos pensamientos positivos que vienen muy para alumbrar esta reflexión.

Decretos positivos y constructivos serían: “Yo soy la salud perfecta aquí y ahora”, “El dinero es mi amigo y me alcanza para todo lo que necesito”, “Sólo atraigo gente linda a mi mundo”, “Siempre encuentro personas que están dispuestas a ayudarme”, “Siempre llego a tiempo a todas partes”.

En suma, no se puede generar pensamientos positivos si primero no pensamos bien de nosotros mismos y de nuestro entorno inmediato. Lograr esto será nada más que una cuestión de práctica, de convertir en un hábito el cambiar nuestros pensamientos.

De esta manera se explica el sentido de aquella frase tan común, tantas veces escuchada y a la vez ignorada: “Cambia tú y cambiará el Mundo”.

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