Cuando el Apocalipsis termine, Dios perdonará a Satanás

En la Cultura Occidental y Cristiana, de marcado cuyo cristiano pero dominada por el pensamiento eclesiástico de la Iglesia Católica, al final de la vida el hombre tiene sólo dos opciones: el Paraíso o el Infierno.

El imaginario colectivo imagina al primero como un lugar de eterna paz gozando de la visión de la Divinidad, mientras que el segundo será un sitio oscuro donde habrá “llanto y rechinar de dientes” (Lc. 13-28) por toda la eternidad.

Sin embargo, un debate todavía abierto es aquel que propuso el escrito italiano Gionavvi Papini en su obra “Il Diavolo”, donde señala que el Amor de Dios es tan grande y magnífico, que al final del tiempo del Juicio Final, los sufrimientos del Averno compungirán al Supremo quien redimirá a todos los condenados, incluso el propio Satanás quien también será salvo.

La doctrina católica no acepta este concepto, pero una conciencia más abierta y elevada quizás podría llegar a visualizar la inmensa magnitud del Amor de Dios, tarea imposible de aprehender por el ser humano a priori, que permitiría a las almas a través de distintas evoluciones, alcanzar la purificación.

Luego, el propio Satanás, que comparte la misma esencia no escaparía al proceso.

Inaceptable para una mentalidad tradicional, pero quizás opinable desde una perspectiva de apertura cognoscitiva.