conciencia
No temas, no puedes perder ni equivocarte
No puedes equivocarte ni perder porque eres un milagro extraordinario.
Una sensación de desasosiego parece recorrer el ánimo de la humanidad. Oportunistas y falsos profetas ensayan discursos escatológicos anunciando que pronto se termina todo.
Sin embargo, las fechas propuestas para el desastre final van pasando y todo sigue allí, incluso nosotros mismos.
Estamos, es cierto, pero no somos iguales al momento en que este escrito se inició, por ejemplo, en el medio, el tiempo nos ha quitado frescura, vida terrenal, cambió nuestro metabolismo, las reacciones no son las mismas, y así, otras cosas más.
Dirán, ¿pero cuándo ocurrió todo eso? En estos instantes y ocurre a cada momento del día, porque todo fluye y el problema es que intentamos retener lo que nuestras manos o aún nuestro cerebro no puede.
Sencillamente porque vamos en camino hacia la trascendencia.
De allí que aprender a trabajar el desapego es una cuestión esencial para poder preparar el espíritu para el paso que sigue.
Porque tenemos un molde cultural que nos ha formado según necesidades y preceptos puramente humanos, orgánicos, pero no espirituales, pues incluso los sistemas religiosos –quizás más ellos que ningún otro- tienden a una suerte de apropiación de las conciencias.
Hemos dado entonces con la palabra clave: Conciencia.
Entonces es momento de dejar de mirar hacia afuera, hacia la cultura sistémica que nos entrenó el cerebro para caminar el sendero de la interioridad. En los parámetros sociales, culturales, religiosos y económicos corremos el riesgo de fracasar.
Quedar excluidos, fallidos y caídos de posición según el “éxito” de nuestros negocios o la obediencia que hayamos demostrado al sistema.
Pero en el plano de la Conciencia jamás se fracasa. No sólo eso, sino que desde allí se construye y la torre puede ser tan alta como nuestra propia capacidad de auto conocimiento lo permita.
¿Por qué es imposible fracasar desde este plano? Porque cuando te buscas a ti mismo y te conoces, te acercas a la Verdad, a la idea suprema de Bien, estás en el camino de Dios, cualquiera sea la forma en que lo concibas.
La interioridad, el conocimiento de tu Conciencia es una partida que no puedes perder. No entra en el plan. No hay modo de que no llegues a dónde vas. No hay modo de que equivoques tu destino. Porque por este sendero Dios es tu objetivo y es tan grande que no puedes perderte.
No pierdas tu sentido trascendente por temor. El miedo nos hacer equivocar el rumbo, nos muestra fantasmas que no existen. No puedes perder porque el Universo es perfecto, y no formas parte de él sino que ¡Eres el Universo!, en un punto donde ese Universo toma Conciencia de sí mismo.
No puedes equivocarte ni perder porque eres un milagro extraordinario.
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