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El Antídoto del miedo no es la Valentía es el AMOR

Encender la llama es encenderse a sí mismos.

Las dos leyes que traen a los hombres a una nueva encarnación, la Ley Arbitral de Posibilidades (el libre albedrio), y la Ley de Predestinación Consecutiva (que predestina a las almas por causas y efectos creados en vidas, a su regreso a la vida para posibilitarse un intento diferente); son las que encienden a Foa (La fuerza Vibratoria) en su expresión vibracional: el fuego, para que este comience a manifestar su potencia.

El Fuego permitirá en este tiempo, crear nuevas estructuras en lo más íntimo del ser, y en lo exterior al ser, todo lo que haya que transmutar se hará por el fuego, todo lo haya que cambiar se hará por el fuego, todo lo que haya que dejar ir, se hará por el fuego; por ello cuando se ore o medite en presencia de una llama, se debe procurar que esta transmute al alma, que la llama consuma todo lo que ya no es útil, en definitiva todo lo que debe cambiar, se haga a través del fuego.

En esta etapa que hoy vive la humanidad, si bien en la búsqueda de lo divino es importante la observancia, lo es más la obediencia. La obediencia es la común – unión entre lo humano y lo divino en cualquiera de sus expresiones.

La observancia es de la mente, la obediencia del corazón, se obedece con el corazón y se observa con la mente, el ser siempre necesita de las dos, pero en esta etapa, solamente obedecer conduce al ser al estado anímico, psíquico y espiritual, que necesita para sostenerse en una corriente de vida más divina que humana, la observancia es más humana que divina, es un esfuerzo nada más.

Obedecer es usar otra mente en la mente humana, es como si la persona se hace a un lado para que una mente diferente ocupe el accionar del ser, es evitar toda disquisición, toda indagación, toda preocupación, toda ansiedad, todo recuerdo, todo apego, es hacerse a un lado, para que una mente distinta, absorta de lo humano, con una gran potencia, ocupe ese ser.

Esto se conocía como la transfiguración del ser humano o como una toma de conciencia instantánea, donde un ser abatido, cansado, de golpe hace un click, y deja que la vida se transmita a través de él de una manera diferente, eso significa dejar de lado una mente quejosa , comparativa, ansiosa, apegada, por algo distinto, más libre, es como si se permitiera que el agua estacionada en un estanque, que se está corrompiendo, descomponiendo, comenzara a drenar, a correr, y en la medida que lo hace se oxigena, se purifica.

Dejen que sus mentes a veces estacionadas, estancadas en estructuras que la corrompen, la cristalizan, llenándose de lo inútil; fluya, y así la nueva mente, que necesita nacer con un nuevo hombre, se establezca en cada uno, así podrán ver cada aspecto de la vida de un modo distinto, esto es la obediencia, se deja de lado la mente propia, personal, por una mente superior, no la de un superior, un gurú, un guía, por una mente superior.

Los días de los seres, a veces proyectan días, proyectan anhelos, proyectan encuentros, más en todo ello no hay seguridad alguna, menos aún seguridad sobre como el alma dejará sus físicas vestiduras, para continuar tareas en otros planos de un modo diferente, pero con el mismo compromiso, y el mismo enamoramiento.

Como se desconoce el destino, cuando se transitan los últimos momento de vida, intuitivamente el día a día, es como el de un ave , el de un insecto, como el de cualquier ser vivo unido a las corrientes cósmicas, ya no se especula, el ser vive simplemente con plenitud el día, el presente, esta es la actitud con la que el ser debe vivir hoy, estar presente en el presente.

Hoy la ciencia investiga la teletransportación, por la cual el individuo se desintegra totalmente para luego integrarse en otro lugar a una gran distancia, este proceso en los seres es similar, cuando desintegra la existencia como tal y la reintegra en un plano distinto, la comprensión de esto daría una apertura mental , que permitiría comprender, que el plano en el que hoy habitamos es todo una ilusión, un pasar momentáneo , ya que se puede vivir como en los sueños, en uno u otro plano de acuerdo al estado energético que tenga.

De allí, que morir no es más que la desintegración energética en un plano,para pasar a otro, esto le permite al ser trascender el miedo a este proceso por desconocimiento, lo importante es no dudar.

Hoy se están abriendo portales, un portal en un tubo transdimensional custodiado por entidades, que impiden que lo extraño ingrese a este paso comunicacional, entre lo divino y lo humano, ese esfuerzo de vidas que permiten construir este espacio, es un portal, hoy las almas deben aprovechar cuando estos portales se abren, para decirse y decir, lo que necesitan para llevar a sus corazones al corazón mismo de la lo Femenino Sagrado, hoy es la única posibilidad para el alma.

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