«No tengaís miedo», dice el Profeta Isaías

Se afirma que la Divinidad creó el Universo por un acto de Amor y en completa Libertad, al contrario de lo que diría Hegel. Así, la Libertad como participación única y delegada al Ser humano lo integra como un individuo capaz de absolutamente todo.

Una totalidad que integra la dimensión de la seguridad de poder llegar a todo lo que se proponga en tanto el Todo le pertenece como delegación también de la Creación misma, la cual, al fin de cuentas, le fue obsequiada por la Divinidad.

¿Cuál es el mayor enemigo de la Libertad? El Miedo, en tanto que esa Libertad es fundamentalmente Paz en la mente y en la conciencia.

El Miedo es la causa del cautiverio en que viven los hombres respecto de las cosas, o de sus iguales. Y la base de ese Miedo es el Ser. Por lo tanto, es imprescindible emancipar el Ser, sobre todo del egoísmo si se quiere adquirir dominio sobre el temor.

Si el hombre tiene Ser y éste es tan absoluto como el Universo, el primer esfuerzo estará dirigido a sobreponerse al pensamiento de la limitación: “yo no puedo”; “yo no me atrevo”; “yo no debo”.

El ejercicio de la plena Libertad es la ausencia de Miedo que otorga la fe. Así, sabiendo que el pensamiento crea, éste debe ser positivo: “Yo puedo”, “Yo debo”, “Yo me atrevo”.
¡He allí, a un Hombre Libre!”